Cirugía Esófago-Gástrica-Intestinal

La cirugía esófago-gástrica-intestinal es la especialidad de la cirugía que se dedica al estudio y tratamiento de las enfermedades presentes en el esófago, el estómago y los intestinos que precisan de cirugía.

¿Qué patologías se tratan desde el servicio de cirugía esófago-gástrica-intestinal?

En la pueden producirse algunas enfermedades, por ello, nuestros servicios están dirigidos a los pacientes que padezcan las siguientes patologías que detallamos dependiendo de la zona a la que afecten:


Esófago

El esófago es un tubo muscular de cerca de 25 cm que forma parte del aparato digestivo. Conecta la faringe con el estómago, discurriendo por el cuello hasta el abdomen. Su función es transportar el bolo alimenticio hasta el estómago. 

El esófago puede presentar las siguientes patologías:


Cáncer escamoso de esófago

El cáncer escamoso de esófago, también denominado carcinoma escamoso de esófago, carcinoma de células escamosas del esófago (CEE), o carcinoma esofágico, es un tipo de cáncer que puede afectar a cualquier parte del esófago, pero suele aparecer en el tercio superior o el medio.

Aparece en la edad adulta y la senectud, siendo el pico de incidencia entorno a los 60-70 años, y con mayor prevalencia en los varones. Aunque se trata de una patología de causa multifactorial, el tabaquismo y el abuso de alcohol son factores de riesgo.

Suele ser asintomático hasta etapas avanzadas, algunos de sus síntomas son dolor e incapacidad para tragar, pérdida de peso, ronquera, tos o dolor de pecho.

El diagnóstico se realiza por endoscopia y toma de biopsia, así como por TAC y ecografía.

El tratamiento consiste en la resección de la tumoración, por incisión torácica y en menor medida por una incisión en el cuello, aunque actualmente está aumentando el uso de técnicas cada vez menos invasivas, como toracoscopia, laparoscopia e incluso el tratamiento oncológico.

Tras la intervención, se valorará la neoadyuvancia (tratamientos de apoyo como la quimioterapia).


Adenocarcinoma de esófago

El adenocarcinoma de esófago, o esofágico, es un cáncer que se inicia en las células glandulares del revestimiento del esófago, y que producen y liberan secreciones como el moco. Este tipo de cáncer se produce cerca de la unión con el estómago.

Su aparición se produce en la edad adulta y la senectud, sobretodo en torno a los 50-60 años, y su prevalencia es mayor en varones. Puede ser asintomático hasta edades avanzadas, o presentar síntomas como problemas para tragar y pérdida de peso.

Sus principales precursores patológicos son el reflujo gastroesofágico crónico (ERGE) y el esófago de Barrett (EB). 

Aunque sus causas no están aún claras, y no se hallan factores genéticos apreciables, se evidencia una relación con el reflujo gastroesofágico, así como con la obesidad.

El diagnóstico se produce mediante biopsia y realización de TAC, y el tratamiento curativo se basa en la resección quirúrgica (siempre que la tumoración se halle en esófago y como mucho, los ganglios linfáticos) seguida de neoadyuvancia oncológica.


Esófago de Barrett

El esófago de Barrett (EB) es una afección en que el revestimiento esofágico se modifica y se asemeja más al del intestino delgado. Mientras que el revestimiento de un esófago sano es de color pálido y brillante, en el caso del esófago de Barrett el tejido es de color rojo y aterciopelado.

Esta displasia (anomalía en el desarrollo de un tejido), es frecuente en personas con reflujo gastroesofágico. Aunque puede ser asintomático, los síntomas se relacionan con esta última afección, presentándose ardor frecuente, dificultad para tragar y dolor en el pecho.

Las causas de la aparición del esófago de Barrett no están claras, pero se aprecian como factores de riesgo el sobrepeso y el tabaquismo.

En cuánto a su diagnóstico, este se produce mediante endoscopia en busca de cambios en el tejido, y biopsia.

Finalmente, el tratamiento variará dependiendo de la clase de tejido apreciado en la biopsia.

Si no existen cambios evidentes en el tejido, se realizará un tratamiento dedicado a mejorar el reflujo gastroesofágico.

Si se aprecia una displasia leve, se podrá optar por una musectomía endoscópica (retirada de las células dañadas por endoscopia), o por una ablación por radiofrecuencia (aplicando calor que destruya las células).

En los casos de displasias mayores, se podrá recurrir a la crioterapia (aplicando frío, para seguidamente dejar que las células vuelvan a la temperatura normal, y en estos cambios se degeneren), cirugía o terapia fotodinámica (aplicando haces de luz).


Divertículos de esófago

Los divertículos son pequeños sacos que pueden aparecer en la mucosa de a lo largo del tracto digestivo, en este caso, en el esófago, y salen a través de la capa de músculo del esófago.

Los divertículos pueden ser asintomáticos, pero en pocos casos, también causar problemas para tragar y regurgitación (expulsión de la comida o líquido sin náuseas ni contracciones del abdomen).

El diagnóstico puede producirse mediante una endoscopia digestiva alta o por una radiografía de tránsito baritado o radiografía con bario. 

El estudio con bario es una prueba diagnóstica que consiste en la administración de un contraste opaco de bario por vía oral y la toma de imágenes radiológicas en movimiento mediante radiación de rayos X continua (fluoroscopia).  

En lo referente al tratamiento, en la mayoría de los casos, los divertículos no precisan de tratamiento, si bien, a veces puede ser necesaria una extracción quirúrgica.


Divertículo de Zenker

El divertículo de Zenker, también denominado divertículo faringe-esofágico. faringoesofágico o hipofaríngeo, es la variedad más frecuente de divertículo de esófago. Suele aparecer en la cara postero-lateral de la unión entre la laringe y el esófago, y su prevalencia aumenta de los 50 a los 80 años de edad.

Aunque puede resultar asintomático, algunos de los síntomas que se pueden apreciar son dificultad para tragar, deglución ruidosa, halitosis (mal aliento), sialorrea (incapacidad para retener la saliva en la boca) y tos irritativa. En fases más avanzadas puede darse pérdida de peso y afecciones al pulmón.

Si se sospecha de la presencia de esta afección por la exploración, la prueba definitiva es el estudio de tránsito baritado.

El tratamiento del divertículo de Zenker puede realizarse mediante tratamiento quirúrgico de diverticulectomía (extirpación del divertículo), unida a una miotomía (sección del músculo utilizada para acceder a los tejidos o aliviar la constricción del esfínter), o por cirugía endoscópica.


Acalasia de esófago

También denominada espasmo del esfínter cardioesofágico, aperistaltismo esofágico o megaesófago, la acalasia de esófago es un trastorno del esófago en el cual, sus contracciones rítmicas (peristaltismo) desaparecen o se ven alteradas. A causa de esto, el esfínter esofágico inferior, no se relaja de forma normal y la presión en estado de reposo aumenta.

El esfínter esofágico, es un anillo del músculo que mantiene el fondo del esófago cerrado para que el alimento y el ácido del estómago no vayan de nuevo al esófago. Al tragar, el esfínter se relaja, dejando que los alimentos pasen.

La acalasia puede aparecer en cualquier edad, pero suele comenzar de forma imperceptible entre los 20 y los 60 años.

La causa de la acalasia de esófago suele ser una disfunción de los nervios de la zona (denervación), que puede ser provocada por infecciones, tumores o causas autoinmunitarias.

La sintomatología de la acalasia de esófago, puede basarse en dificultad para tragar, dolor torácico, regurgitación, y en caso de aspiraciones, tos, abscesos pulmonares e infecciones respiratorias. En casos graves también puede darse pérdida de peso.

El diagnóstico de la acalasia de esófago se realiza mediante una endoscopia superior y extracción de una biopsia, mediante radiografía con bario o mediante manometría esofágica. 

La manometría esofágica es una prueba que mide las contracciones rítmicas de la musculatura del esófago durante la deglución. Con ella puede apreciarse, más allá de si las contracciones son normales, la fuerza de los músculos esofágicos y si existen o no problemas en el esfínter.

En lo referente al tratamiento, este puede ser o no quirúrgico. Los tratamientos no quirúrgicos están recomendados para personas mayores o con problemas de salud, mientras que las cirugías se recomiendan en mayor medida a los jóvenes, ya que son más efectivas. 

Los tratamientos no quirúrgicos son la dilatación neumática del esfínter, la aplicación de Botox y la terapia farmacológica.

La dilatación neumática consiste en la inserción e inflamiento de un balón en el esfínter esofágico para agrandar la abertura.

El Botox, es un relajante muscular que puede aplicarse en el esfínter mediante endoscopio. Se recomienda a aquellas personas que no son buenas candidatas para la cirugía o la dilatación neumática.

En el caso del tratamiento farmacológico, se recetarán relajantes musculares dono la nitroglicerina para antes de las comidas. También es una opción única para personas no candidatas a los otros tipos de tratamiento.

En lo referente a la cirugía encontramos tres opciones, la miotomía de Heller, la miotomía de Heller endoscópica por vía oral y la fundoplicatura.

La miotomía de Heller consiste en cortar el extremo del músculo por la parte inferior del esfínter para mejorar la deglución. En el caso de la miotomía de Heller endoscópica, esta se realiza de igual forma, pero introduciendo el endoscopio por vía oral.

Finalmente, la fundoplicatura consiste en realizar una envoltura de la parte superior del estómago en torno del esfínter esofágico para tensar el músculo. 


Estenosis péptica

La estenosis péptica o estenosis esofágica benigna es un estrechamiento del esófago. En el 70% de los casos, se produce a causa de la Enfermedad de Reflujo Esófago-Gástrico (ERGE). También puede producirse a causa de esófago de Barrett, cáncer, enfermedades cutáneas, diverticulosis o por causa congénita.

La estenosis se produce cuando a causa de la erosión del esófago, el tejido se sustituye por tejido fibroso, el cuál con el tiempo se contrae. 

El cuadro clínico de la estenosis es dificultad para tragar, regurgitación, dolor torácico, deglución dolorosa y a causa de ello, malnutrición y pérdida de peso.

El diagnóstico se produce mediante endoscopia y toma de biopsia, o esofagograma con bario para poder identificar el segmento variable del esófago.

En lo referente al tratamiento, este suele realizarse mediante la dilatación del esófago con balones o tratarse de forma crónica el reflujo con fármacos como el omeprazol.

En los casos recurrentes, y para evitar las continuas dilataciones, se opta por la funduplicatura.


Estómago

El estómago es un órgano en forma de bolsa que pertenece al aparto digestivo. Se encuentra en la cavidad abdominal y su función es la de descomponer los alimentos. El esfínter esofágico inferior, en la parte alta del estómago, controla el paso de los alimentos al estómago y evita que el contenido del estómago suba al esófago.

El estómago puede padecer las siguientes afecciones:


Cáncer de unión esófago-gástrica

La unión esofagogástrica es la zona en que la parte inferior del esófago se une con el punto superior del estómago, el cardias.

Este tipo de cáncer tiene mayor incidencia en los hombres, aparece en torno a los 50-70 años y padecer reflujo esofágico o infección por Helicobacter pylori son factores de riesgo.

Entre sus síntomas principales encontramos problemas para deglucir, dificultad respiratoria, pérdida de peso, dolor, ronquera, hipo o sangrados.

El diagnóstico de este tipo de cáncer se puede realizar mediante análisis de sangre y orina, endoscopia con toma de biopsia o con pruebas de diagnóstico por imagen como radiografías, ecografías o tomografías computarizadas.

El tratamiento es de tipo quirúrgico, extirpando la zona afectada por la tumoración, y aplicando posteriormente neoadyuvancia oncológica (radioterapia, fármacos y quimioterapia).

 

Siewert (Tipos 1, 2 y 3)

La clasificación de Siewert-Stein es una clasificación de los tipos de cáncer del cardias, la parte en que se une el esófago con el orificio superior del estómago. En esta zona podemos hablar de 3 tipos de cáncer según su ubicación:

● Tipo I (Adenocarcinoma de esófago distal): El centro del tumor se halla entre 5 cm y 1 cm arriba de la línea en que esófago y estómago se unen.

● Tipo II (Carcinoma del cardias o cáncer de cardias): El tumor se encuentra entre 2 cm y 1 cm de la línea de unión esófago-gástrica..

● Tipo III (Carcinoma o cáncer subcardial): Se encuentra 2 cm por debajo de la línea de unión y hasta 5 cm dentro de la parte superior del estómago.

Los síntomas son  los del cáncer de unión esófago-gástrica y su diagnóstico puede realizarse mediante endoscopia o pruebas de diagnóstico por imagen como las radiografías o el TAC.

El tratamiento es quirúrgico y depende del tipo de cáncer que sean. 

Los cánceres de este tipo pueden tratarse con una extirpación endoscópica de la zona dañada junto con  quimiorradiación.


Cáncer gástrico

El cáncer gástrico o de estómago es un tipo de adenocarcinoma, un cáncer que se inicia en las células del revestimiento del estómago. Se produce por mutaciones en el ADN pero tiene factores de riesgo como dietas altas en sal o ahumados, presencia de Helicobacter pylori y antecedentes familiares y personales de este cáncer o afecciones digestivas.

Los síntomas principales del cáncer gástrico son los siguientes:

● Hinchazón tras las comidas.

● Saciedad fácil.

● Ardor persistente e intenso.

● Indigestión.

● Dolor estomacal.

● Náuseas y/o vómitos.

● Adelgazamiento.

El diagnóstico del cáncer estomacal se lleva a cabo por endoscopia (con posible toma de biopsia), así como por pruebas de diagnóstico por imagen (radiografía con bario o tomografía computarizada). 

El tratamiento del cáncer de estómago se realiza de forma quirúrgica y presenta diversas opciones.

Se puede realizar una extirpación de la tumoración, de una parte del estómago (gastrectomía parcial) o de todo (gastrectomía total) o una extirpación de los ganglios linfáticos para determinar si existe cáncer (linfadenectomía).

La cirugía puede suponer riesgo de sangrado o infecciones y la extracción de parte o totalidad del estómago, acarrear problemas digestivos.

A la cirugía se le podrá añadir tratamientos de apoyo como fármacos, quimioterapia o radioterapia.

El pronóstico de este tipo de cáncer depende de la etapa en que se halle. Las personas afectadas por este tipo de cáncer, más allá de la recurrencia, tienen más riesgo de padecer un cáncer posterior (de otro tipo), concretamente, cáncer de tiroides o de intestino delgado.

Tras seguir las pautas comunes tras una operación de tipo oncológico, se deberán mantener sesiones de seguimiento con el médico y mantener hábitos saludables.


Gist gástrico

El tumor del estroma gastrointestinal o GIST (por sus siglas en inglés), es un tipo de sarcoma de los tejidos blandos. Este cáncer afecta al tejido conectivo del tubo digestivo y sus estructuras contiguas.

En estos casos, las células intersticiales de Cajal (ICC), células nerviosas que se encargan de contribuir al movimiento de los órganos digestivos, se vuelven cancerosas. En el 90% de los casos se considera que se debe a una mutación, pero el estilo de vida, como en otros tipos de cáncer también aumenta el riesgo.

Su prevalencia es igual en ambos sexos y suele aparecer en torno a los 50 años de edad, en un 55% de los casos en el estómago.

Aunque puede ser asintomático hasta etapas avanzadas, algunos de los síntomas que puede provocar son dolor y molestias abdominales, protuberancias, anemia, sangrados, oclusión interna, vómitos, diarrea y pérdida de peso.

Su diagnóstico puede realizarse por prueba de tránsito baritado, TAC,  resonancia magnética, tomografía computarizada, pero sobretodo es recomendable una endoscopia con biopsia.

El tratamiento más habitual es el tratamiento quirúrgico. Se procede a la extirpación del tumor, para proseguir con neoadyuvancia oncológica como la radioterapia.


Tumor neuroendocrino de estómago

Los tumores neuroendocrinos de estómago son un tipo de cáncer que comienza en ciertas células especializadas del estómago que tienen rasgos similares a las nerviosas y a las productoras de hormonas.

Son cánceres poco frecuentes que pueden ser asintomáticos en fases iniciales. En etapas más avanzadas pueden provocar dolor, aparición de un bulto, fatiga, pérdida de peso o incluso diarrea.

El diagnóstico de estos tumores puede realizarse por exploración física seguida de analíticas de orina y sangre, pruebas de diagnóstico por imagen y toma de biopsia.

El tratamiento en estos casos es principalmente quirúrgico para extirpar el tumor, complementado con quimioterapia, medicamentos de diana y radioterapia.


Úlcera gástrica

Una úlcera gástrica es una llaga que se halla en la mucosa del estómago. Aparecen cuando los ácidos que ayudan a digerir los alimentos, dañan las paredes del estómago y reducen la mucosa. Las causas principales de su aparición son la presencia de la bacteria Helicobacter pylori y el consumo abusivo de antiinflamatorios como la aspirina, el ibuprofeno o el naproxeno.

Los síntomas de las úlceras gástricas son los siguientes:

● Dolor sordo en el estómago que puede reducirse al comer, beber o tomar antiácidos.

● Pérdida de peso.

● Inapetencia o evitación de comer.

● Náuseas y/o vómitos.

● Hinchazón.

● Saciedad fácil.

● Reflujo.

● Eructación.

● Acidez.

● Anemia (con síntomas como cansancio, palidez y problemas de respiración).

● Vómitos sanguinolentos o con aspecto de granos de café.

● Heces oscuras.

El diagnóstico de las úlceras estomacales puede realizarse mediante las pruebas de tránsito baritado y endoscopia (con valoración de toma  de biopsia).

El tratamiento de las úlceras gástricas dependerá de la causa y la gravedad de las mismas. Si son leves y causadas por el Helicobacter pylori, se precisarán antibióticos, fármacos inhibidores de la producción de ácido, endoscopias de seguimiento y probióticos para repoblar la mucosa.

La cirugía se llevará a cabo cuando las úlceras se repiten, no curan, sangran, se agrandan o se produce obstrucción.

En estos casos, la intervención se realiza extirpando la úlcera, suturar la zona con nuevo tejido y cortar los nervios vagos para reducir la producción de ácido estomacal. 


Hernia de hiato

La hernia de hiato o hernia hiatal, es una hernia que se produce cuando la parte superior del estómago sobresale a través del diafragma. El diafragma, el músculo que actúa como separador entre el pecho y el estómago, presenta una pequeña abertura, el hiato, por el cuál el esófago pasa.

Las hernias pequeñas pueden ser asintomáticas pero las más grandes pueden producir los siguientes síntomas:

● Reflujo.

● Regurgitación de alimentos.

● Ardor de estómago.

● Dolor en el pecho o dolor abdominal.

● Falta de aire al respirar.

● Problemas para tragar.

● Flatulencias.

● Halitosis y/o tos seca.

● Vómitos y/o heces sanguinolentos.

Las causas de este tipo de hernias pueden ser causadas por cambios en el diafragma a causa de la edad, presión persistente en los músculos de la zona, un hiato grande por causa congénita o traumatismos.

El diagnóstico de las hernias de hiato se realiza por radiografía, endoscopia o manometría esofágica (estudio de las contracciones del esófago).

En muchos casos las hernias de hiato no precisan cirugía y pueden tratarse de forma farmacológica. El paciente podrá tomar antiácidos para neutralizar el ácido estomacal, medicamentos que disminuyan la producción de este y fármacos que ayuden a la curación de la mucosa.

La cirugía se utiliza en los casos en que los medicamentos no han sido eficaces o existen complicaciones. Esta puede realizarse mediante laparoscopia o por cirugía abierta (toracotomía).

La operación consiste en hacer descender el estómago, reducir el tamaño del hiato, reconstruir el esfínter esofágico o extirpar la hernia. 


Enfermedad de Reflujo Esófago-Gástrico (ERGE)

La Enfermedad de Reflujo Esófago-Gástrico (ERGE) es una afección que se produce cuando el ácido estomacal retrocede de forma frecuente hacia el esófago. Este retroceso del ácido puede irritar e inflamar el tejido esofágico.

Cuando se traga, el esfínter esofágico inferior, se relaja y deja pasar los alimentos y líquidos hacia el estómago, para seguidamente volver a cerrarse y evitar el reflujo. Si el esfínter, que actúa como una puerta de paso, está anormalmente relajado o se halla debilitado, los ácidos gástricos pueden ascender.

Algunos factores de riesgo para la ERGE son el embarazo, una hernia de hiato, la obesidad, el tabaquismo, o el consumo de algunos fármacos. 

Algunos síntomas de esta patología son ardor en el pecho o acidez estomacal, dolor en el pecho, dificultad al tragar, regurgitación o sensación de tener un nudo en la garganta.

Si se produce en la noche, además puede apreciarse tos crónica, asma, laringitis o trastornos del sueño. 

Complicaciones de la ERGE son por ejemplo las úlceras esofágicas, el esófago de Barrett o estrechamiento del esófago (o estenosis). 

El diagnóstico del Reflujo Esófago-Gástrico se puede realizar por varias vías. En primer lugar se puede realizar una endoscopia superior para tomar una biopsia o comprobar si existe esofagitis (inflamación).

Otra prueba que se puede realizar es un examen ambulatorio de ácido (pH) con sonda, introduciendo una sonda para controlar cuándo y cuánto tiempo se regurgita ácido.

La manometría esofágica es otra prueba de diagnóstico de la ERGE, que mide las contracciones musculares rítmicas del esófago al tragar y comprueba la coordinación y la fuerza de los músculos de esta zona.

Finalmente, también puede realizarse una radiografía del aparato digestivo superior.

En cuánto al tratamiento, este puede realizarse mediante fármacos de venta libre, fármacos con prescripción médica o cirugía, dependiendo de la gravedad de cada caso.

En los casos más leves, se pueden tomar medicamentos neutralizadores del ácido estomacal, fármacos que disminuyen la producción de ácido o fármacos que bloquean la producción de ácido y contribuyen a curar el esófago.

En casos moderados, pueden recetarse fármacos como el omeprazol o aquellos que refuercen el esfínter esofágico inferior.

En los casos en que la opción farmacológica no sea de ayuda, se procederá a la cirugía, por funduplicatura o por la colocación de un dispositivo LINX.

En la funduplicatura, el cirujano envuelve la parte superior del estómago alrededor del esfínter del esófago para ajustar el músculo y reducir y prevenir el reflujo. 

Por su parte, la colocación de un dispositivo LINX, consiste en colocar un anillo con pequeñas cuentas magnéticas alrededor de la unión del estómago y el esófago. La atracción magnética de las cuentas mantiene cerrada la abertura entre ambos órganos para que pase el reflujo pero sí permite el paso de los alimentos. Este dispositivo puede implantarse por vía laparoscópica. 


Duodeno

El duodeno es la primera parte del intestino delgado, que se ubica entre el final del estómago y el yeyuno. El duodeno puede padecer las siguientes patologías:


Divertículo duodenal

Los divertículos duodenales, del latín diverticulum (desviación del camino), son saculaciones de la mucosa y submucosa del duodeno (parte del intestino delgado que conecta el estómago con el yeyuno), que se hernian por defectos musculares.

Son más frecuentes en el sexo femenino y hacia la quinta o sexta década de vida. Suelen ser únicos y generalmente asintomáticos. En los casos en que se produce sintomatología, los pacientes pueden presentar dolor epigástrico, vómitos y reflujo duodeno biliar.

Algunas complicaciones de la presencia de divertículos duodenales pueden ser hemorragias, perforaciones, anemia, obstrucción intestinal, malabsorción de nutrientes, pancreatitis o ictericia (coloración amarillenta del tejido).

El diagnóstico de los divertículos duodenales, puede realizarse por endoscopia y biopsia, tomografía computarizada, resonancia magnética o estudio de tránsito baritado.

En los casos más leves, el tratamiento puede basarse en el suministro de antibióticos y en casos más graves, en el tratamiento quirúrgico, realizando una extracción del divertículo.


Cáncer de duodeno

El cáncer de duodeno se produce cuando se forman células malignas en el duodeno (la parte superior del intestino delgado). El tipo más frecuente es el adenocarcinoma, lo que significa que la tumoración se presenta en la casa mucosa , la más superficial.

Aunque la causa de su aparición no está clara, existen varios factores de riesgo para ello como el CCHNP (cáncer de colon hereditario no polipósico) la poliposis adenomatosa familiar, el síndrome de Lynch, la enfermedad de Crohn, la celiaquía no tratada y de larga duración o la fibrosis quística. 

Los síntomas principales del cáncer de duodeno son dolor abdominal, pérdida de peso, cansancio, anemia, sangre en las heces, vómitos, diarrea y en casos graves, obstrucción intestinal. 

El diagnóstico del cáncer de duodeno puede realizarse por endoscopia digestiva alta, estudio de tránsito baritado, tomografía computarizada abdominal y torácica, resonancia magnética abdominal y PET (Tomografía por emisión de positrones).

El tratamiento del cáncer de duodeno es de tipo quirúrgico, realizándose una extirpación del tumor, que puede precisar de neoadyuvancia oncológica posterior. 


Úlcera duodenal

La úlcera duodenal es una úlcera péptica, una llaga abierta, que se forma en el revestimiento del duodeno, la parte superior del intestino delgado. Las causas más comunes de las úlceras duodenales son la presencia de Helicobacter pylori y uso prolongado de antiinflamatorios. El estrés y la comida picante no son causas directas, pero sí agravan los síntomas. Los síntomas principales de las úlceras de duodeno son ardor y dolor a pesar de que el estómago esté vacío, sensación de hinchazón y saciedad, eructación continua, intolerancia a las grasas y náuseas.

Los síntomas más graves pueden ser vómitos, vómitos sanguinolentos, sangre negra en las heces, problemas para respirar, sensación de desmayo, pérdida de peso y cambios en el apetito.

Además, pueden darse complicaciones como sangrado interno, infecciones u obstrucciones.

El diagnóstico de las úlceras duodenales, más allá de la exploración física se realiza en busca, principalmente, de la presencia de Helicobacter pylori.

El Helicobacter pylori se puede detectar mediante varias pruebas. En primer lugar puede realizarse un test de aliento, en el cual el paciente toma un compuesto de urea, que la bacteria sintetiza en CO2, y a los 10 minutos, se realiza una prueba de respiración expirada. Es la prueba más precisa. 

La presencia de Helicobacter pylori también se puede detectar mediante un examen coprológico (muestra de las heces), o una biopsia por endoscopia.

Finalmente, los análisis de sangre pueden ser de ayuda para observar si existen anticuerpos ante esta bacteria.

El tratamiento de las úlceras duodenales dependerá de su causa, pero se suele optar por la vía farmacológica en casos más leves. Si existen complicaciones o úlceras que no se curan, se valorará la cirugía.


Perforación duodenal

La perforación duodenal se produce cuando una úlcera duodenal se perfora. El síntoma principal de la perforación duodenal es un dolor súbito e intenso en el centro del abdomen, que puede irradiar hacia los hombros. Debido al dolor, la persona afectada puede quedar inmóvil.

El diagnóstico se realiza mediante radiografías del abdomen y el tratamiento es quirúrgico y de carácter urgente. Si existe presencia de Helicobacter pylori, se procederá a la sutura de la úlcera y la limpieza de la cavidad abdominal contaminada con líquido gástrico. 

Si no existe presencia de esta bacteria se producirá una vagotomía, una sección de los nervios vagos para disminuir el estímulo ácido estomacal. Estas operaciones se pueden hacer por vía laparoscópica siempre que el equipo médico esté especializado en ello. 


Intestinos

Los intestinos son porciones del tubo digestivo que se encuentran entre el estómago y el ano. Se dividen en intestino delgado e intestino grueso.

El intestino delgado cuenta con tres partes, el duodeno, el yeyuno y el íleon. Por su parte, el intestino grueso cuenta con el ciego, el apéndice, el colon ascendente, el colon transverso, el colon descendente, el sigma y el recto.

Su función es realizar la mayor parte de la absorción de los nutrientes, absorber el agua y transportar las heces hasta el ano.

Los intestinos pueden padecer las afecciones siguientes:


Divertículos intestinales

Los divertículos son pequeñas bolsas que surgen en la mucosa del interior del intestino, y van hacia afuera a causa del incremento de presión en el colon.

En la mayor parte de las situaciones, hace aparición en el lado izquierdo del intestino grueso, el sigma.

Los divertículos de colon son comunes, sobretodo desde los 40 años y en varios casos, las personas perjudicadas son asintomáticas. 

Por otro lado, si los divertículos se infectan o inflaman, estaríamos frente un caso de diverticulitis.

Esta dolencia puede ocasionar malestar abdominal, náuseas y vómitos, fiebre y cambios en los hábitos intestinales. 

Aunque en casos leves se puede tratar con reposo, dieta líquida y antibióticos y analgésicos, en casos más complicados tendrá que recurrirse a la cirugía, principalmente si se dan adversidades como perforaciones, fístulas, abscesos, o si la diverticulitis es recurrente o el sistema inmune del afectado está debilitado.

La cirugía de la diverticulitis puede hacerse por medio de colostomía o por vía laparoscópica. 

Una colostomía es un trámite quirúrgico en que se ejecuta una abertura en la pared abdominal y se hace pasar un extremo del intestino grueso  por medio de esta. De esta forma, se crea  un orificio (estoma) que facilita la retirada del contenido del colon hacia afuera (de forma temporal o permanente) mientras el colon termina curarse 

No obstante, por sus resultados, siempre que los médicos cuenten con  habilidad en esta técnica, es conveniente el abordaje por laparoscopia, siendo esta opción la usada en HM Delfos.


Divertículo de Meckel

El divertículo de Meckel es una anomalía congénita muy común. Se produce cuando la unión entre el intestino delgado y el cordón umbilical no se cierra de forma completa durante el desarrollo fetal. Debido a esto, aparece una pequeña bolsa o divertículo en el intestino.

En la mayoría de los casos no suelen dar problemas, pero pueden infectarse (diverticulitis). Algunos síntomas de su presencia son sangrado indoloro por el recto, heces sanguinolentas o negras y obstrucción. 

El tratamiento del divertículo de Meckel consiste en la extirpación quirúrgica del mismo bajo anestesia general, realizando una incisión por la parte derecha e inferior del abdomen. 

Tras la intervención, el paciente deberá guardar reposo, seguir una dieta líquida y blanda y tomar antibióticos. 


Lesiones hemorrágicas de intestino

La lesión hemorrágica de intestino, o intestino hemorrágico, se produce cuando se producen sangrados en el intestino debido a causas tales como los pólipos, la diverticulitis, el cáncer, la enfermedad de Crohn, divertículo de Meckel o anomalías en los vasos sanguíneos intestinales (que se producen sobretodo a mayor edad y con enfermedades renales y cardíacas crónicas). 

El diagnóstico de las lesiones hemorrágicas y la causa latente que las causa se realiza por endoscopia y pruebas de diagnóstico por imagen.

En cuánto al tratamiento, este dependerá de la causa que provoca las hemorragias. De tratarse de anomalías pequeñas en los vasos sanguíneos intestinales se procederá a realizar descargas eléctricas de poca intensidad por vía endoscópica para cauterizar este problema.

Si se trata de anomalías muy amplias o existe tumoración se optará por la cirugía, extirpando la zona afectada y suturándola.

En los casos de úlceras o inflamaciones por enfermedad de Crohn se podrá realizar terapia farmacológica. 


Gist intestinal

El Gist intestinal (Gastrointestinal Stromal Tumor) es un tipo de sarcoma de los tejidos blandos. Entre un 20 y un 30% de estos cánceres se presentan en el intestino delgado, y son debidos a mutaciones y alteraciones en la generación celular.

En primeras etapas pueden ser asintomáticos o generar molestias muy leves. En etapas avanzadas pueden provocar sensación de saciedad, dolor, sangrado o heces negras, náuseas y estreñimiento. 

El diagnóstico se llevará a cabo mediante la realización de pruebas de diagnóstico por imagen como escáneres, ecografías, radiografías, pero también por endoscopia con toma de biopsia.

El tratamiento es la extirpación dela masa tumoral y en el caso de recaída o diseminación, el profesional puede valorar tratamiento con imatinib.


Tumor carcinoide de intestino

El tumor carcinoide de intestino es un tipo de cáncer que aparece en el revestimiento de este debido a que las células han crecido sin control. La mención de “carcinoide” hace referencia al síndrome carcinoide. Algunos tumores pueden liberar sustancias similares a las hormonas, y en los casos del síndrome carcinoide, este se produce por un exceso de serotonina que provoca vasodilatación. 

La vasodilatación favorece un aumento del riego sanguíneo que produce taquicardia, sofocos faciales (enrojecimiento de la piel y sensación de calor), respiración sibilante y diarrea intensa. Estos son algunos síntomas de este tipo de tumores. 

El diagnóstico se realiza mediante analíticas de orina y sangre, pruebas de diagnóstico por imagen como las radiografías con bario, las tomografías computarizadas o las resonancias magnéticas, y la toma de biopsias.

En cuánto al tratamiento, la cirugía para extirpar el tumor es el tratamiento principal, que suele acompañarse de terapias de apoyo oncológico. 


Enfermedad de Crohn

La enfermedad de Crohn es una patología intestinal, de tipo crónico, que se basa en la hinchazón de algún tramo del sistema digestivo, desde la boca hasta el recto. No obstante, el punto más afectado tiende a ser el íleon, la región más distal del intestino delgada.

Acostumbra a aparecer sobretodo en personas con edades comprendidas entre los 15 y los 35 años y aunque su causa todavía no está clara, se sospecha de una base autoinmune.

Indicios de la enfermedad de Crohn son el dolor abdominal con cólicos, fatiga, fiebre, inapetencia, malestar al hacer deposiciones, diarrea y disminución de peso involuntaria.

Estos efectos se pueden tratar, en casos leves, controlando los episodios de estrés, con régimen farmacológico y con una dieta correcta (evitando la fibra y las grasas), además de beber mucha agua y comer en reducidas proporciones.

En casos más graves, se tendrá que elegir por la cirugía o colectomía,, una extirpación de la parte afectada del intestino. Este procedimiento puede hacerse por medio de laparoscopia, o por cirugía abierta.

En la colectomía laparoscópica el cirujano ejecuta numerosas incisiones de media pulgada en el abdomen, introduce el laparoscopio, y con asistencia del monitor, secciona la parte dañada, la quita y conecta de nuevo los extremos.

La cirugía abierta, se ejecuta de la misma forma, no obstante, en esta situación el profesional ejecuta una incisión de 6 a 8 pulgadas (entre 15 y 20 cm) por la que ingresa a la región dañada.

Además, el cirujano puede elegir por hacer una ileostomía, la ejecución de una apertura en el abdomen sacando el extremo  del íleon.


Estenosis de intestino delgado

La estenosis de intestino delgado es una estrechez del intestino, la cuál disminuye o impide el paso de las sustancias a través de los intestinos. 

Sus posibles causas pueden ser inflamación crónica o secuelas de enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn, los vólvulos, las hernias o tumoraciones.

Los síntomas de la estenosis en esta zona son estreñimiento, dolor abdominal, inflamación y náuseas y/o vómitos. 

El diagnóstico de la estenosis de intestino delgado se realiza mediante las pruebas de diagnóstico por imagen de radiografía y/o tomografía computarizada.

El tratamiento puede realizarse por varias vías. En primer lugar, se podrá optar por una dilatación del intestino mediante balones o con la colocación definitiva de un stent (una espiral metálica) que abre el intestino.

Por otra parte, se podrá valorar la cirugía, la cuál consiste en la extirpación de la zona afectada y la consiguiente sutura.


Oclusión intestinal

La oclusión intestinal es un bloqueo en el intestino que impide de forma completa, o que altera, el tránsito del contenido intestinal. Cuándo se produce una obstrucción, la parte del intestino en que sucede se dilata, se hincha e inflama. Si esta parte se llena, puede perforarse y liberar el contenido intestinal en la cavidad intestinal, con riesgo de inflamación e infección (peritonitis).

Las causas de la oclusión intestinal son muy variadas. Puede ser originada por defectos congénitos, vólvulos, úlceras, tejidos cicatriciales de operaciones intestinales, hernias, tumoración, cálculos biliares, masas de alimentos no digeridos o parásitos.

En el caso de que se produzca en el duodeno (la parte superior del intestino delgado) puede deberse a diverticulitis, cáncer de páncreas o por enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn.

Los síntomas de la oclusión intestinal son dolor, hinchazón, falta de apetito, estreñimiento (en oclusiones completas), o diarrea (en oclusiones parciales). En los casos en que se pueda dar estrangulación de una hernia, también puede aparecer fiebre.

el diagnóstico de la oclusión intestinal se puede realizar por tres vías, la exploración física del abdomen, la radiografía y la tomografía computarizada (TC).

En el primer caso, el médico buscará indicios de sensibilidad al tacto, hinchazón o masas. Además, mediante el estetoscopio, podrá valorar si los ruidos intestinales son normales.

En el caso de las radiografías, con ellas se podrá apreciar si existen masas de aire anormales en la zona del diafragma o en torno a los intestinos. No es normal que existan masas de aire en estas zonas por lo que esto será un signo de perforación o necrosis intestinal.

Finalmente, mediante la TC es posible obtener una imagen más clara del intestino.

En lo referente al tratamiento, es posible realizar una succión nasogástrica del contenido bloqueado, cirugía o una colostomía.


Bridas o adherencias intestinales

Las bridas o adherencias son membranas, fibras  o cordones de tejido cicatricial que se forman tras una cirugía o inflamación abdominal. Estas cicatrices pueden unir distintos órganos  y pueden ocurrir debido a la manipulación durante la intervención quirúrgica o la disminución de la circulación sanguínea (isquemia).

Además, otras causas pueden ser las inflamaciones abdominales, los traumatismos, la presencia de cuerpos extraños en la zona o ser congénitas.

Los síntomas de las bridas o adherencias intestinales son los siguientes:

● Oclusión intestinal.

● Dolor abdominal.

● Dolor durante las relaciones sexuales.

● Infertilidad y/o esterilidad.

● Alteraciones del ritmo intestinal.

● Gases.

● Hinchazón abdominal.

● Náuseas y/o vómitos.

El diagnóstico puede realizarse mediante evaluación clínica, radiografías o tomografía computarizada.

En los casos con poca sintomatología, se optará por el tratamiento farmacológico a base de analgésicos, antiespasmódicos y fármacos destinados a la reducción de los gases.

En casos de sintomatología más intensa o de más larga duración se optará por la cirugía de lisis de bridas (sección de las cicatrices), mediante laparoscopia.


Hernias internas

Las hernias internas son una protrusión de una víscera de un compartimento abdominal a otro dentro de la cavidad abdominal. En estos casos la víscera se introduce en una estructura anatómica preexistente, como una fosa, pero también puede producirse una hernia por inflamaciones, traumatismos o causa congénita.

Aunque en muchos casos pueden mantenerse asintomáticas, la sintomatología aparece cuando aparece obstrucción intestinal, muy frecuente en estos casos.

A causa de la oclusión intestinal, el afectado puede padecer dolor abdominal, náuseas y/o vómitos y problemas de peso.

El diagnóstico de las hernias internas puede realizarse mediante radiografías, pero el enema de bario es mucho más claro en estos casos.

En cuánto a su tratamiento, es de tipo quirúrgico y se dirige a resolver la obstrucción intestinal y la reparación del tejido.


Equipo médico de cirugía de esófago-gástrica-intestinal

El equipo de cirugía esófago-gástrica-intestinal está formado por:

El Dr. Cesar Ginesta i Martí, cuyo nombre está relacionado con la clínica HM Delfos desde su creación, puesto que la fundación de esta clínica reside en esta familia, es Director de Cirugía General y Digestiva de HM Delfos. Es especialista en cirugía de esófago, gástrica, colorrectal, de la pared abdominal, endocrina y hepatobiliopancreática.

Además, es especialista senior de Cirugía General y Digestiva en el Hospital Clínic de Barcelona.

El Dr. Rafael Díaz del Gobbo es especialista en cirugía de urgencias, cirugía  esófago-gástrica y obesidad mórbida en el Hospital de Manresa.

El Dr. Mauro Valentini es especialista en cirugía endocrina y Jefe Clínico en el Hospital de Granollers. 

El Dr. Gabriel Cárdenas, es adjunto de HM Delfos, especialista en Cirugía colorrectal, encargado de  formación MIR en el Hospital Clínic, y  se halla actualmente doctorando en Cirugía Hepatobiliopancreática en el Hospital Clínic. 


¿Por qué realizarse una cirugía esófago-gástrica-intestinal en HM Delfos?

En HM Delfos nos diferenciamos de otros equipos médicos por la valoración específica y profunda de cada caso y la atención nuestros pacientes:

Valoración personalizada

Valoramos cada caso de forma específica, realizando la valoración prequirúrgica de cada caso planteado, y realizando una discusión en el comité específico de cada patología.

Seguimiento 24/365

Visitamos y realizamos seguimientos a nuestros pacientes de forma presencial o telefónica, incluso en fines de semana y festivos, estando disponibles para el tratamiento de cualquier complicación en el momento en que ocurre. Estamos disponibles las 24 horas, los 365 días.

Equipo especializado en cirugía Esófago-Gástrica-Intestinal 

Trabajamos con equipos especializados de cirujanos y especialistas. 

Pruebas diagnósticas innovadoras

Solicitamos gran cantidad y variedad de las más innovadoras pruebas diagnósticas y trabajamos con la última tecnología, además de apostar por técnicas conservadoras. 

Soporte con neoadyuvancia

Tras los tratamientos, damos soporte con neoadyuvancia, tratamientos de apoyo,  en los casos que lo precisen, y realizamos seguimientos por parte de todos los equipos. 


Preguntas frecuentes sobre Cirugía esófago-gástrica-intestinal


> Descubre más información sobre nuestro Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo HM Delfos



 Cirugía Esófago-Gástrica-Intestinal HM Delfos

  • Teléfono: 93 254 50 50
  • Horario: 

> Lunes a jueves: 08:00-19:00h

> Viernes: 8:00-15:00h




Preguntas frecuentes




¿Qué riesgo supone el consumo de omeprazol?

El omeprazol es uno de los medicamentos más consumidos, ya sea por un exceso de la prescripción médica como por la automedicación. Este fármaco, utilizado para el tratamiento de afecciones digestivas, de ser consumido de forma errónea y abusiva, como por ejemplo, en casos de acidez estomacal puntual al considerar que se trata de un protector gástrico, puede ser peligroso.

Se tienen evidencias de que su mal uso puede tener efectos adversos como doblar el riesgo de cáncer de estómago, así como causar gastritis atrófica infecciones digestivas como la salmonella, problemas de absorción de magnesio, calcio o vitamina B12, trastornos neurológicos, mayor riesgo de fracturas e infecciones como la neumonía, afecciones hepáticas, cefaleas o enfermedades cardiovasculares.



¿Qué es el Helicobacter pylori?

El Helicobacter pylori es una bacteria de forma helicoidal (en forma de hélice) y recibe la denominación pylori, del píloro, la apertura entre el estómago y el duodeno. Se trata de una bacteria microaerófila, es decir, que precisa de muy poco oxígeno para vivir, y que sobrevive en el ácido estomacal.

Coloniza la mucosa digestiva, y aunque la mayor parte de la población cuenta con ella, no siempre se manifiesta. Sin embargo, se ha evidenciado que entre el 70 y el 100% de las personas con úlceras o gastritis la poseen, ya que produce inflamación de la mucosa.

Su contagio puede ser directo mediante secreciones, o indirecto, por contaminación.

Los principales síntomas de una infección por Helicobacter pylori son los siguientes:

● Ardor y dolor en la boca del estómago, incluso con el estómago vacío.

● Sensación de hinchazón.

● Saciedad o pérdida de apetito.

● Náuseas y/o vómitos.

● Debilidad 

● Saciedad constante y/o falta de apetito.

● Fatiga y/o debilidad.

● Decaimiento e/o irritabilidad.

● Pérdida de peso inexplicable y repentina

● Anemia.

● Eructación frecuente.

● Regurgitación.

● Cambios en las heces.

Más allá de estos síntomas, la presencia de esta bacteria puede conllevar complicaciones como úlceras, gastritis e incluso cáncer de estómago o intestino.

El diagnóstico se lleva a cabo como se ha indicado en la sección de úlceras duodenales.

Sobre el tratamiento, el médico podrá recetar dos antibióticos paralelamente por si la bacteria se vuelve resistente a alguno de ellos, así como un antiácido para que la mucosa afectada pueda cicatrizar y sanar.

Además, se recetará dieta suave. El paciente deberá evitar los alimentos picantes, fritos, grasos, ácidos, y con sal. Asimismo, también deberá evitar sustancias como el alcohol, las bebidas gaseosas, el café, el chocolate, los cítricos y el tomate.


¿Por qué pierdo peso tras una operación de cáncer de estómago?

​Si se realiza una extirpación parcial o total del estómago para tratar este tipo de cáncer, las personas afectadas pueden padecer problemas digestivos que puedan complicar la captación de nutrientes, por lo que puede darse una situación de malnutrición con la consiguiente pérdida de peso.

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